Once de la mañana: Me levanto inquieta, con la boca seca, y pensando en comida. La sensación no era nueva en mí y generalmente suele llevar consigo consecuencias desastrosas. No tenía hambre hasta que me comí dos manzanas. Luego si tuve hambre (¿hambre?) y con ello tragué un sin fin de cosas más. No sé que me ha pasado, no sé que me pasa. Bueno, rectifico, sí lo sé, lo que no sé es el por qué de todo esto.
Como siempre he acabado vomitándolo todo o casi todo (al menos eso espero). El día no había empezado nada bien. Mi mente contaba inexorablemente y a toda prisa, cifras, cifras y más cifras. Cifras muy altas, demasiado altas para poderlas soportar normalmente. Contaba jodidas calorías. Como de costumbre me he puesto muy nerviosa. Me he desquiciado y nada podía calmar aquella tormenta. Mi cabeza era un caos de cifras, y de imágenes. Me he mirado en el espejo en todos los ángulos que mi cabeza me permitía alcanzar, y los que no me los he imaginado. Después me he palmado todo el cuerpo y con ello han sucedido los llantos. Mareo.
Mi mente, estratégicamente, había dejado de contar calorías para idear un plan. Me iba al gimnasio, ya estaba decidido. Enfurecida me he vestido. También enfurecida, como no podía ser de otra manera, con todo lo que se cruzaba en mi camino: mis padres. Los pobres siempre acaban pagando el pato de la niña loca de la casa. Y ellos como la mayoría de veces, comprensibles. No me entienden, yo lo sé. Nadie me entiende porque nadie es yo y ni yo a veces logro entenderme, ni se aproximan pero al menos le echan ganas. Es curioso pero la mayoría de veces que lloro, que me derrumbo, me desquicio o algo por el estilo, lo absorben ellos también y acaban por llorar. Mi ‘micro caos’ era entonces un caos general. Al volver estaba más relaja pero sólo físicamente.
Quiero acostarme, quiero dormirme pudiendo asegurar que mañana no será un día igual y que no voy a perder los papeles de esta forma. Quiero directamente no comer porque la comida sólo me trae problemas y más cuando estoy ociosa, de echo todo empezó así en tiempos sin orden, sin pautas, sin nada en concreto para hacer, con demasiadas cosas por hacer. Quiero que empiecen las clases y vuelva el horario, las planificaciones, se acabe el tiempo libre y con ello vuelva esa especie de normalidad en la que no estaba incluida comer y vomitar.
Como siempre he acabado vomitándolo todo o casi todo (al menos eso espero). El día no había empezado nada bien. Mi mente contaba inexorablemente y a toda prisa, cifras, cifras y más cifras. Cifras muy altas, demasiado altas para poderlas soportar normalmente. Contaba jodidas calorías. Como de costumbre me he puesto muy nerviosa. Me he desquiciado y nada podía calmar aquella tormenta. Mi cabeza era un caos de cifras, y de imágenes. Me he mirado en el espejo en todos los ángulos que mi cabeza me permitía alcanzar, y los que no me los he imaginado. Después me he palmado todo el cuerpo y con ello han sucedido los llantos. Mareo.
Mi mente, estratégicamente, había dejado de contar calorías para idear un plan. Me iba al gimnasio, ya estaba decidido. Enfurecida me he vestido. También enfurecida, como no podía ser de otra manera, con todo lo que se cruzaba en mi camino: mis padres. Los pobres siempre acaban pagando el pato de la niña loca de la casa. Y ellos como la mayoría de veces, comprensibles. No me entienden, yo lo sé. Nadie me entiende porque nadie es yo y ni yo a veces logro entenderme, ni se aproximan pero al menos le echan ganas. Es curioso pero la mayoría de veces que lloro, que me derrumbo, me desquicio o algo por el estilo, lo absorben ellos también y acaban por llorar. Mi ‘micro caos’ era entonces un caos general. Al volver estaba más relaja pero sólo físicamente.
Quiero acostarme, quiero dormirme pudiendo asegurar que mañana no será un día igual y que no voy a perder los papeles de esta forma. Quiero directamente no comer porque la comida sólo me trae problemas y más cuando estoy ociosa, de echo todo empezó así en tiempos sin orden, sin pautas, sin nada en concreto para hacer, con demasiadas cosas por hacer. Quiero que empiecen las clases y vuelva el horario, las planificaciones, se acabe el tiempo libre y con ello vuelva esa especie de normalidad en la que no estaba incluida comer y vomitar.
5 comentarios:
hola linda feliz 2008..un gran beso y se acabo este year asi q comenzamos de nuevo pero con fuerza y tratando de sacar lo mejor de nosotras las princesas...si puedes agregame al mns es amy_moraga07@hotmail.com. y si puedes Cierra los ojos, piensa en todo lo que te hizo sonreír en el año que termino y olvídate de lo demás. feliz 2008. manana comienza la carrera de peso...besitos. y cuidate mucho...
Hoal princesa hermosa feliz 2008 para ti... eso es la peor parte de este mundo que no solo nos dañamos a nosotras mismas sino que tambien le hacemos daño a nuestra familia...Yo tambien estoy loka porque empiezen las clases, odio estar en mi casa sin hacer nada, y para mas colmo el gym lo cerraron po vacaciones... ya veras que este nuevo año sera bueno para todas... un besote... y te vas directo amis links...
ola princess
bueno pues lo de la carrera se acababa el dia 1...
pero no se ni como quedamos ni nda
...
con lo de las navidades todo se
descolgo un poco
si quieres podemos iniciar una...
no se
en plan las princess
de bloggre no??
jeje un besazo
hola bella q tal la carrera y el primer dia? yo bien aunq bueno no pude ir al gym porque toy como q me quiere dar gripe. besitos y animo q esos kilitos se iran. y vamos estar casi como reynas...jaja. bueno escirbe pronto en tu blog. chaucito
ola prices primero de to feliz año nuevo!!!!
gracias por pasarte por mi blog, no te preocupes nena que yo tb esty un poco loca ( rectifico estoy muy loca incluso en alguna ocasion man llegao a preguntar si staba borraxa...)
en fin que todo se consigue creeme bss
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